Hoy ha nevado por primera vez en Bergen. Ahora mismo lo sigue haciendo y hace "fresquito". Estoy deseando salir a correr por la nieve.
Me gusta correr con calor, solo con unas calzonas, que se me cierren los ojos del sol y después darme un bañito en la playa. Pero también me gusta el frío. Llegar a mi casa congelado y ducharme con agua caliente, ardiendo.
Es diferente correr por nieve, donde hay menos cantidad, hay que tener cuidado con las placas de hielo, y donde hay más, hay que ir siempre ajustando, ya que una vez te hundes por el tobillo,otra por las rodillas, y algunas veces hasta la cadera.
Cuando nieva, la diversion está ( incluso más) asegurada.
Me pongo mis mallas cortas y mis medilast, me pongo los guantes, me remango las mangas del cortavientos, me quito la capucha (al principio, hasta que no aguanto más) y salgo al monte. Salgo a la batalla, no se puede bajar la guardia, me encanta.
Me gusta que me nieve en la cara. Me sienta bien sentir el frío, además, se me congelan las ideas. Así no pienso y no me preocupo por nada. Sólo me ocupo en sobrevivir por las montañas. Que no es poco.
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