domingo, 28 de abril de 2013

Media Maratón de Bergen. Crónica de una muerte anunciada.

Desde que el año pasado ganara la primera edición, repetir victoria era mi principal objetivo.
Nunca había tenido un objetivo tan claro.

Quizás por eso he corrido con dolor ( a veces más, a veces menos) las últimas 12 semanas.
Quizás por eso dormi tan bien la noche anterior, en lugar de tener los típicos nervios.
Quizás por eso me encontré tan fuerte en el calentamiento, en lugar de encontrarme "sin fuerzas".

Mi cuerpo y mi cabeza estaban preparados para darme una buena paliza, para rendir al máximo y volver a repetir la imagen del año pasado, Soñar, y correr, es gratis.

Quizás por eso no me lo pensé un instante cuando, tras dar el pistoletazo de salida, salió el etiope disparado como una moto. Mi cabeza no queria aceptarlo, ni se me pasó por la mente no seguirle. Yo ya le  había  ganado el año pasado una media al sprint con 1h09min.

Quizas por eso no solo me pegué a él, sinio que me coloqué ligeramente por delante. Esta media la disputaríamos los dos. Los dos hasta que yo aguantara.
Tres kms duró mi aventura en busca de la victoria, 18 kms duró el sufrimiento hasta la meta.
Casi parado en las cuestas con dolor de piernas, casi parado cuesta abajo con flato y sin encontrar un segundo de respiro, de comenzar a sentirme bien.

¿Es inteligente seguir a un etiope que gana con 1h06min  una media tan dura como esta?
¿Es sensato (intentar) competir con gente que entrena el doble de kms?

Quizás por eso nos-me gusta tanto correr. No siempre se elige lo más inteligente, lo más sensato.
Hay que soñar, hay que arriesgar, hay que intentarlo.

Quizás por eso pasé el km 3 en 9'40", cuesta arriba.  Quizás por eso yo lo intenté, y ahora veo el tercer puesto como una derrota. Quizás por esto, en unos meses, lo vea como una victoria. Quien sabe.



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